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martes, 7 de noviembre de 2023

PORNO VENGANZA



Reivindicar y reconocer los derechos de las mujeres es darle la importancia que requiere su libertad sexual y sus proyectos de vida individuales. A pesar de que somos la mitad de la población, nuestros derechos sistemáticamente han sido ignorados para darle categoría de derechos jurídicamente tutelados a los deseos masculinos.

 

Las agresiones sexuales masculinas en contra de las mujeres han adquirido con los avances de la tecnología nuevas dimensiones, pero cada una ellas con consecuencias nefastas para la libertad sexual y el proyecto de vida individual, pero a pesar de que es una obligación del estado, sus organismos y la sociedad proteger de manera especial a este grupo históricamente vulnerable, en la realidad ocurre todo lo contrario.

Tales acometidas, parten del desconocimiento de un marco de igualdad entre las personas, sus capacidades, sus condiciones y sus facultades, tendientes a subvalorar y cosificar el género femenino desde una perspectiva androcéntrica, que produce un menoscabo de sus derechos en cualquier esfera de la vida social. (Molina y Casanova, 2019). Dentro de estas formas de violencia se encuentra la llamada “porno venganza” y aunque pareciera que es un tipo de violencia que puede afectar a hombres y mujeres por igual, las concepciones históricas, sociales y religiosas que se tienen sobre la libertad y el goce sexual han hecho a las mujeres más vulnerables a ser víctimas de este delito, a los cuestionamientos sobre su vida sexual, su comportamiento y por obvias razones a la culpabilización y la revictimización de una conducta que sólo debería ser reprochable al perpetrador.

Exponer videos privados de personas al público, sin la autorización del titular envuelve un delito informático (Posada, 2017) que es la divulgación no autorizada de datos informáticos, y si es un menor de edad, se crearía un concurso ideal de delitos con la pornografía infantil. (Abello y Bula , 2020)

A pesar de esto, las fotos y videos con contenido sexual explicito proliferan en la internet y se ha convertido en una práctica tan habitual, que a muy pocas personas les parece extraño recibirlas en cadenas de WhatsApp o verlas en páginas de internet, a las que no les interesa verificar si el usuario que sube el contenido tiene el consentimiento de los involucrados para este fin. Existen casos en que esos videos o fotos son realizados con consentimiento de ambas partes, pero ese consentimiento no se extiende a la divulgación del material a terceros.

Si alguien publica un video o una foto, sin autorización del titular de ese derecho, está transgrediendo un derecho y se someterá a todas las implicaciones que ello conlleve, como son las consecuencias civiles y penales que se derivan. (Abello y Bula, 2020). En nuestro ordenamiento jurídico se encuentra contenido en el artículo 269F: Violación de datos personales. El que, sin estar facultado para ello, con provecho propio o de un tercero, obtenga, compile, sustraiga, ofrezca, venda, intercambie, envíe, compre, intercepte, divulgue, modifique o emplee códigos personales, datos personales contenidos en ficheros, archivos, bases de datos o medios semejantes. (Ley 1273, 2009).

Esta conducta es motivada por diferentes circunstancias, pero el fin es el mismo, busca “vengarse” de alguna afrenta que en su imaginario la otra persona tiene que “pagar” con la vergüenza pública, con ser humillada y rechazada en su entorno, busca avergonzarla por tener una vida sexual. Las consecuencias son siempre negativas para las mujeres, llevándolas al suicidio, a la depresión, a tener baja autoestima, etc.,

En Colombia en el mes de marzo fue muy mediático el caso de Félix García Chabur, quien protagonizó un escándalo por filtraciones de material íntimo no consentido. El individuo, hijo de un famoso empresario del sector de la construcción, publicó en internet los videos de los encuentros sexuales que había tenido con al menos 17 mujeres, entre ellas menores de edad. Además, el hombre tomó de su perfil de Facebook fotos de sus caras, con el ánimo de que las jóvenes fueran identificadas.  (Osorio, 2019). Casos como este son una realidad en aumento y entre las victimas hay personas de todas las edades, siendo más vulnerables los menores de edad.

Conclusión

La intimidad es un derecho fundamental, y solo la autorización expresa del titular diferencia un hecho lícito, de una trasgresión a un derecho humano, pero mientras los hombres sigan considerando a la mujer, un ser humano de segunda categoría, aquel miembro de la especie que está para atender sus necesidades, va a seguirse reproduciendo la idea de que las mujeres somos objeto de deseo del otro, se nos ve como “algo” y se nos trata muy por debajo de las expectativas (Bula, 2020), esquemas de pensamiento que han permeado las instituciones que deberían proteger a quienes sean victimas de este delito, pero la realidad nos indica que se convierte el intento de poner una denuncia en una revictimización. 

 

 

Referencias

 

Abello y Bula. (2020). Delitos Sexuales a tráves de la internet. Obtenido de https://jcarolinab.blogspot.com/2020/09/delitos-sexuales-traves-de-la-internet.html

Abello, J. (2017). Derecho Penal Empresarial en Colombia. Obtenido de https://derechopenalempresarialencolombia.blogspot.com/

Ley 1273. (2009). Secretaria del Senado. Por medio de la cual se modifica el Código Penal, se crea un nuevo bien jurídico tutelado - denominado “de la protección de la información y de los datos”- y se preservan integralmente los sistemas que utilicen las tecnologías de la. Obtenido de http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1273_2009.html

Molina y Casanova. (2019). Marco Jurídico para la violencia sexual en colombia. En Y. (. Carrillo, La violencia de género desde un enoque multidisciplinar (págs. 40-83). Bogotá: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia.

Osorio, J. (2019). nmas1. Obtenido de https://nmas1.org/news/2019/08/29/colombia-carce-pornovenganza

Posada, R. (2017). Los cibercrimenes: Un nuevo pradigma de criminalidad. Bogotá : Uniandes.

lunes, 2 de octubre de 2023

MINIMIZAR LA CONDUCTA, NO HACE QUE ESTA DESAPAREZCA

 




 Por: Johanna Carolina Bula 

Hay situaciones que las familias por comodidad niegan, que minimizan intentando que esa especie de pacto de silencio haga que desaparezcan, algo así como que, si no se menciona, no existe.

Y ocurre todo lo contrario, porque de la intención al resultado sucede todo, menos lo que se espera, pareciera ser algo que la lógica indicaría, pero la lógica no es algo que se deba estar esperando y mucho menos bajo la cual se actúe.

Los hombres maltratadores suelen estar apoyados por sus familias, sean un par de miembros, uno que ejerce dominación o por todos, por eso rara vez estos van a sentir que lo son, pues todo su discurso y lo que hacen no es ajeno, ni extraño a las concepciones bajo las cuales se educó y las que creció observando.

Es más, puede que, en una total inversión de valores, los antivalores pasan a ser la norma del grupo familiar y de los que el maltratador se ampara para continuar ejerciendo todo tipo de violencia.

Las madres tienen un rol importante en la crianza de los hijos, pues en esa concepción terrible y tergiversada de la maternidad, se les pide socialmente a las mujeres madres que perdonen a sus hijos todas las cosas que hacen y de paso las oculten al resto. Sin embargo, esta máxima llevada al extremo es la que hace que se defienda lo indefendible y que se acolite a través de la minimización las conductas de maltrato, intimidación y violencia que sus hijos varones ejercen sobre las mujeres.

Estos hijos dorados de mamá, suelen tener características casi que de manual y suelen comportarse de maneras muy similares con las mujeres de su entorno, dentro de las características que podemos encontrar en estos hombres son:

1.    baja autoestima

2.    regular o nulo control de impulsos

3.    actitudes violentas

4.    malos tratos recurrentes

5.    no toman decisiones sin consultarlas con la mamá

6.    considerar putas a todas las mujeres

7.    negar que su conducta sea violenta

entre otras, que pueden estar o no presentes.

Su forma de comportarse también puede ser muy similar, pues su forma de referirse a las mujeres es con desprecio, no siendo extraño que las llamen “putas” , “perras” , “brutas” y las traten como si fueran inferiores. Una inferioridad que se inventan los maltratadores, porque son conscientes que estas mujeres son mucho más de lo que él podría aspirar.

Estos hombres desacreditan los logros de las mujeres con las que están, pues los atribuyen a la suerte o a que se acostaron con alguien, porque estos celopatas siempre van a imaginarse que su pareja se acuesta con alguien más; catalogan cada interacción social o profesional como un coqueteo, pues para ellos la mujer es una presa fácil de cualquiera y es una ingenua que “no ve las intenciones de los demás”. Intenciones que evidentemente están es en la cabeza del maltratador y de la que se excusa para seguir maltratando.

Suelen burlarse de las aspiraciones de las mujeres, porque en caso de seguir logrando cosas, ellos se van quedando atrás y no hay algo que deteste más un maltratador que una mujer capaz de lograr, lo que él no se atreve ni a empezar.

Los maltratadores suelen inventarse cargos, títulos y experiencias que no tienen con tal de ser vistos como exitosos y miembros importantes de la sociedad, se inscriben en actividades con connotación social alta en las que sus aportes pasan desapercibidos, o en las que aprovechan para hacer gala de su personalidad arribista, pero que cuando se es hombre, se toma como sinónimo de asertividad y ambición.

 

Y su círculo cercano puede notarlo e incluso tenerlo claro, pero la influencia y el papel que juegan ciertos padres, en especial las madres, que saben que su hijo es un maltratador, puede llegar a considerarse de complicidad, pues estas van a apropiarse de discursos violentos y revictimizadores, en los cuales las mujeres en la vida del hijo son las culpables de su comportamiento, sí, para estas madres, las mujeres son esas brujas, seductoras poderosas, capaces de hacer que su hijo haga cosas que no haría, y el cuento se va a repetir con cada una de estas mujeres, que al mismo tiempo tampoco llenan el sinfín de requisitos absurdos de lo que ellas quieren para sus hijos.

Porque al mismo tiempo que ninguna mujer es lo suficientemente buena, pretenden para el hijo maltratador, una que haga desaparecer en su hijo todo lo malo. O todo o nada, o la puta o la redentora son los arquetipos que los maltratadores y sus madres alcahuetas ven en las mujeres, y hago la aclaración, no todo maltratador tiene madre alcahueta, pero los que la tienen, suelen seguir un mismo patrón.

Los culpables para el maltratador y su madre cómplice son los demás, aquellos que denuncian y que alzan la voz en contra de sus comportamientos y acciones, los culpables son los amigos que rompen el pacto patriarcal y les hacen ver que no están actuando bien, son los que socialmente sancionan con la exclusión y los familiares que se atreven a decir lo que no está bien.

Una madre, un padre, una persona que busque culpables por fuera del maltratador, es una persona incapaz de reconocer que quien ejerce violencia lo hace motivado en su carácter y su poca formación emocional y sexo afectiva

No se le hace un favor ni un bien a un maltratador, ocultar y respaldar sus actos en excusas flojas, como que lo hizo motivado por algo, porque es seguir manteniendo el discurso que las mujeres son cosas y brujas manipuladoras.

Hay núcleos familiares enfermos, contaminados de machismo y misoginia, en los que se alaba al guache, al maltratador, al violento, en el que si pega es porque fue provocado, pero jamás porque este tenga cero control de impulsos y dominio sobre sí mismo, siempre, siempre, todo es culpa de alguien más, en especial de las mujeres que son víctimas.

Familias enteras que creen que las mujeres son cosas, son brujas, son putas, que perpetúan el odio y excusan el maltrato “porque algo tuvo que haber hecho”, porque odiar a las mujeres es parte de su cultura y proteger al maltratador un mecanismo de defensa social que, si se expone, pondría en evidencia un defectuoso sistema familiar y las apariencias pesan más que la intención real de corregir y denunciar.

Porque ante los actos de los maltratadores la sociedad, las familias, las instituciones esperan de las mujeres silencio y que en nombre del amor romántico aguanten lo que venga, con tal de no quedarse solas y retener a alguien

Porque aun nuestro amor está atado a lo que seamos capaces de soportar, porque en algún momento ese cretino va a cambiar o la vejez no le va a dar para seguir en las mismas.

Porque ese hombre maltratador es víctima de las mujeres que lo llevan a cometer actos que normalmente ellos no cometerían, porque se inventan cada excusa para no reconocer que en esa familia existe lo que tendrán que rechazar. Y uno no pide que rechacen al hijo, se pide rechazo a su conducta, se pide rechazo a su proceder, se pide que asuma su responsabilidad e irresponsabilidad

Los hombres maltratadores son hijos sanos del patriarcado, son hombres que no valoran a las mujeres, que las ven como cosas o seres humanos de segunda categoría, las familias que acolitan estas conductas y sobreprotegen al maltratador ideando excusas, incluso uniéndose al ataque de diversas formas de las mujeres víctimas, como por ejemplo hablar mal de la mujer para que esta sea mal vista ante los ojos de los demás; decir que ellas son las culpables de sus celos, porque algo hicieron; defender lo indefendible a capa y espada y seguir en la intimidad alentando estas conductas…porque al no encontrar reproche, sino apoyo, se perpetua y se vuelve costumbre. El maltrato hecho hecho costumbre, la violencia hecha ley.

Y así viven todas sus relaciones interpersonales con el sexo opuesto, con prejuicios, con dinámicas de demostraciones de poder a través de la humillación y el maltrato, con chismes sobre la calidad de persona de las mujeres, con el pensamiento inamovible que la única santa es la madre (y a veces ni eso) y todas las demás mujeres son putas.

Los maltratadores carecen de empatía, suelen ser maestros superficiales del engaño y con una inteligencia social y emocional muy limitada. Son seres peligrosos, porque al no poder ser más, buscan hacer menos a los demás, y sus víctimas favoritas son las mujeres.

Porque negar la violencia que un miembro de tu familia ejerce, no es mantener la unidad familiar, estos comportamientos se dan con las mujeres de su familia…es decir, esa unidad no existe, ya está fraccionada, es ser cómplice de violencia sobre otra persona.

Si bien, no siempre estamos en la posición de hacer entrar en razón a un maltratador, tampoco estamos obligados a hacer las veces de público silencioso, por temor a sus represalias y las de quienes lo protegen. Hay que alzar la voz, hay que seguir insistiendo en que lo que está mal, está mal y que los violentos no siempre están afuera, a veces están dentro de la misma casa.

No hay amor de madre que se cuestione, si no se aprueban las conductas violentas de los hijos; pero sí es cuestionable el silencio y el apoyo a través de inventar excusas a hijos que no están actuando de acuerdo al deber ser.

Tener madre, hermanas, tías no ha evitado que un hombre maltrate y tampoco evita que sea machista, así que dejemos de usar esa opinión para hacerle frente a las acusaciones de maltrato.

No hay porqué perpetuar esquemas de pensamiento retrógrados, ni hacerse los de la vista gorda con los maltratadores al interior de la familia, porque si hay algo que no merece nadie es ser víctima de ningún tipo de violencia, mucho menos por razón de ser mujer, en un mundo que odia a las mujeres y sistemas familiares que acolitan maltratadores.

Porque por más que ese maltratador se crea invencible, solo basta una denuncia para que todas las demás empiecen a llegar, porque en algún momento las excusas se acaban y culpar a las mujeres victimas no te hace muy diferente del maltratador.
Nos merecemos familias sanas, entornos seguros y menos gente dispuesta a alcahuetear maltratadores.

jueves, 24 de agosto de 2023

VIOLENCIA ECONÓMICA Y PATRIMONIAL

 





VIOLENCIA ECONÓMICA Y PATRIMONIAL

 

Por: Johanna Carolina Bula

 

Lo que se ha hecho por siempre, no es sinónimo de haberse hecho bien y que sea aceptado por la mayoría tampoco lo convierte en algo bueno. Aplica para casi todo en la vida y para todas las formas de violencia que se ejercen en contra de las mujeres.

Con recelo se mira el feminismo y se le acusa de hacer temblar los cimientos de una sociedad que funciona, aunque esta no sea más que una frase para infundir miedo, porque los que la pronuncian lo tienen. Tienen miedo de que se les señale como victimarios, tienen miedo de que cada vez más personas sepan lo incorrecto de sus actos, lo injusto de sus formas.

Porque tienen miedo de que las mujeres puedan querer vengarse, porque su esquema mental les dice que justicia y venganza son sinónimos. Nada más alejado de la realidad.

La realidad del feminismo es una lucha constante por los derechos de ellas, y acertada es la palabra lucha, porque lo que a los hombres se les ha otorgado, reconocido y mantenido como derecho divino, a las mujeres les ha costado siglos de inequidad, de ser consideradas seres humanos de segunda categoría, propiedad de sus padres, de sus maridos. Agentes carentes de soberanía sobre sus cuerpos, decisiones y todo lo que sea con respecto a ellas. Y mucho de esto presentado en nombre de tradiciones y cultura.

Hemos sido máquinas de parir, las cuidadoras principales y hasta consideradas “naturales” de los miembros del hogar propio y político. Hemos sido las brujas o las santas. Hemos sido consideradas la perdición o el éxito de los hombres; las culpables de su poca o nula gestión de emociones sexo afectivas. Las incitadoras o las frígidas; hemos sido los extremos sin puntos medios, sin que se nos reconozcan matices.

Se nos ha exigido estar por encima de las emociones, del promedio, superar expectativas, pero a jamás querer aspirar a algo más, porque en nosotras la ambición es un pecado.

Debemos ser la presa, la que cede ante el deseo, pero no la que desea. La que aporta trabajo, pero que no puede llamarle así, ni exigir remuneración a cambio, porque esto hace tambalear un sistema impuesto, que beneficia a los hombres, sin costarles nada.

Y entre todas esas muchas cosas, variadas formas de violencia hacia las mujeres, se enquistaron de tal forma que al día de hoy se consideran normales y, peor aún, se consideran el deber ser.

El silencio cómplice de la sociedad, que se escucha en re victimizaciones incluso institucionales y que pretende disimularse con iniciativas escuetas y políticas públicas de poco impacto; con insistentes llamados a la aplicación de la perspectiva de género, que molesta a demasiadas personas porque en una mala propaganda lo vendieron como un favoritismo injustificado hacia las mujeres, y ya lo sabemos, lo que las beneficie, no suele gustarles a las mayorías. Y por eso lo vendieron y lo venden de esa forma, no como una perspectiva de análisis, sino como unos beneficios ilimitados a las mujeres, cosa que nada tiene de cierta.

Y entre todo y tanto, las formas de violencia se ejercen porque el mandato social así lo exige para mantenerse, así encontramos un tipo de violencia que hay que llamar por su nombre, para reconocer su existencia y las devastadoras consecuencias que tiene para las mujeres y en la inmensa mayoría de los casos, en contra de los niños y niñas hijos de esas mujeres. Nos abrimos paso después de esta necesaria introducción para hablar de la VIOLENCIA ECONÓMICA O PATRIMONIAL.

 

¿QUÉ ES LA VIOLENCIA ECONÓMICA Y PATRIMONIAL?
 

La RAE define la VIOLENCIA ECONOMICA como: Modalidad de violencia doméstica consistente en el daño o apropiación de bienes o recursos en el ámbito familiar o de pareja, así como el control de los mismos, el desconocimiento del valor económico del trabajo en las labores propias del hogar y la exigencia para que abandone o no inicie un trabajo remunerado.

Mientras que la VIOLENCIA PATRIMONIAL se ha definido como la violación a los derechos de propiedad de la mujer; es decir, a su derecho a administrar su propiedad individual y a disfrutar de los bienes comunes adquiridos durante el matrimonio -esto es a recibir la mitad de ellos al disolverse la sociedad conyugal y a sus derechos de sucesión. (DEERE, 2021)

Hay diferencia entre ambas, aunque suelen tomarse como sinónimos, sin embargo, desde la definición misma, se establece la diferencia, que nos indica que comportamientos pueden enmarcarse en una o en otra.

EL DISFRAZ DE ADMINISTRACIÓN

Es muy común que la forma en que se ejercen estos tipos de violencia venga acompañado de una desvalorización de la mujer ante las situaciones financieras, haciéndola sentir incompetente de administrar bienes o hasta su mismo sueldo, no es de extrañar que esas artimañas sean presentadas con el pretexto de “lo hago por tu bien”, “es por el bienestar de la familia” “deja que yo me encargue que de eso no sabes” , porque ninguno dice abiertamente la verdad sobre la situación, no llegan diciendo: “si te controlo el dinero, te controlo a ti”

Porque una persona sin la capacidad de sostenerse o de proveer para sí misma o sus hijos, se sentirá incapaz de abandonar ese círculo de violencia, las mujeres no se van de situaciones de abuso, las mujeres huyen de abusadores y eso representa un reto y superar muchísimos miedos, ninguna madre quiere hacer pasar necesidades a sus hijos y eso es lo que muchas veces las hace soportar cosas inimaginables, no por ese gusto que se pregona, por miedo, por indefensión aprendida y por circunstancias que no deben ignorarse, ni tomarse a la ligera.

 

LA NECESIDAD DE DOMINACIÓN QUE SE MANIFIESTA EN LA DEPENDENCIA

Una de las frases que da inicio a la violencia económica es tomar las labores de cuidado y domesticas como naturales a las mujeres, como una obligación en función de sexo y una que no merece remuneración. Cuando se toma como cierto que las mujeres nacen para cuidar de otros, por razones carentes de lógica y que se sustenta en más frases elaboradas para lograr la completa sumisión de la mujer, mientras se le otorga ese poder sobrenatural de que solo ellas saben lavar platos, atender niños y encargarse de las labores domésticas con naturalidad, situación que la cotidianidad nos demuestra que no es así, que estas labores se asumen porque en su mayoría los hombres no saben ser adultos funcionales, ni les interesa serlo, por ahorrarse la fatiga de la realización de labores, ahora me pedirán artículos científicos que avalen mi postura, pero para la predominante manera de pensar nadie pide estudios, de hecho, piden ignorar los que dicen todo lo contrario. Porque no les conviene que esos cimientos se tambaleen, porque las únicas estructuras que defienden, son las que ubican a los hombres en posiciones ventajosas.

No es rencor, no es más que la puesta en escena de una aplastante realidad que tiene harta a las mujeres y que mantiene muy cómodos a los hombres.

Una mujer de la que dependen todas las labores domésticas, es una mujer con muy poco tiempo y energía para su realización como persona, y por favor, no me salgan con que se levanten más temprano, que hagan más esfuerzos, que hagan más sacrificios, porque la vida de la mayoría de las mujeres solo se valora en función de todo lo que son capaces de sacrificar y todo a lo que les toca renunciar y no es algo para sentirse orgullosos. Es sobre explotación, es indigno no tener tantas ventajas y con tan poca resistencia.

Libertad, equidad, acceso a oportunidad y hasta el tiempo de ocio y descanso representan para las mujeres una lucha, porque ni el cansancio es igual a los ojos de la sociedad de los hombres y las mujeres, nuestra lista de deberes es demasiado larga en comparación a nuestros derechos, que nos son concedidos casi que como un favor y no como lo que realmente son: inherentes a nuestra condición de seres humanos.


LAS INTERMINABLES PRUEBAS

Que no prueban nada ante la sociedad y para los administradores de justicia eres “una pendeja por haber escogido tan mal” y así libran a quienes ejercen violencia económica y patrimonial de cualquier tipo de consecuencia, es más, ni siquiera son catalogados como malas personas, parecieran estar cubiertos por un manto impenetrable que los blinda de expectativas, pues pareciera esperarse que actúen mal o con maldad.

Para nadie es un secreto que ocultan bienes, que traspasan propiedades y que se hacen los pobres mendigos ante comisarías de familia, centros de conciliación y juzgados.  Y todo un sistema los ampara en sus quejas y solicitudes, otorgándoles incluso visitas a unos hijos que durante la relación de pareja jamás fueron su prioridad. Porque si algo es repetitivo en estos personajes es que parecen seguir un paso a paso de manual. Ejercen violencia, manipulan, se presentan encantadores en las audiencias y sobretodo se presentan como las victimas de mujeres que “solo quieren plata” y a las cuales llaman interesadas, cuando la realidad es que al sentir que pierden control sobre la otra persona, quieren seguir poder ejerciendo violencia y saben que la falta de dinero trae consigo penurias para la mujer víctima y para los hijos.

Ante las quejas de una “mujer loca”, “de una mujer interesada” nadie pide mucho, se toma como verdad absoluta que las mujeres están locas, porque su naturaleza implica inmadurez, poca o nula inteligencia emocional, celos enfermizos y a todas casi que sin excepción se les da un diagnóstico de pacientes psiquiátricas. Y toda una sociedad y un sistema dan estos espeluznantes estereotipos por ciertos.

Dicen que las mujeres joden cuando el ex tiene una nueva pareja y saben qué … ¡es cierto! Pero no por celos, suele ser cuando se intensifica la violencia económica hacia los hijos, el incumplimiento de las visitas… pero es más fácil decir que las mujeres son unas celosas que no superan a admitir que los hombres suelen olvidar fácilmente sus obligaciones, pues se consideran con derecho a todo, incluso creen sin duda alguna que todo con respecto a ellos está por encima hasta de los hijos. Porque para viajar con la nueva pareja hay plata, pero para el colegio de los hijos no alcanza. porque el tiempo no les da para cumplir con sus responsabilidades, pero sí para disfrutar de la vida con la nueva pareja.

Y ante estas afirmaciones también pedirán pruebas, pero ante las falsas creencias instauradas en la cabeza, a esas se les seguirá dando fuerza. Es tan fácil ser una mujer loca, como una puta… somos las candidatas por excelencia para personificar lo malo. Tanto que se nos ha creído poco probable que seamos victimas por la maldad de las personas, seguiremos siendo las victimas de algo que nos buscamos (no importa el delito o la circunstancia).

Es así como sociedad, sistema e instituciones ignoran conscientemente la realidad, porque esa no coincide con las ideas pre concebidas y de las que no quieren desprenderse y se toma como discurso de odio defender nuestros derechos.

Lo que escribimos las mujeres sobre nuestras realidades y derechos suele leerse con un tono de odio, porque una frase contundente escrita por una mujer, no es más que una queja, pero ese tono con el que cada quien lo lee, es uno producto de usted mismo…

Odio es lo que mantiene las ideas machistas y que tiene naturalizadas las violencias en contra de las mujeres, no la lucha por sus derechos. Pero como todo es diferente para hombres y mujeres, se nos niega hasta el poder sentir emociones como la rabia, porque lo nuestro debería ser aceptación absoluta de lo que nos toca y de paso, casi que nos piden sonreír y dar las gracias.

Se requiere que cada tipo de violencia se conozca por su nombre y que las consecuencias que de ellas se desprende y el impacto en la vida de las mujeres y los niños no sean pasados por alto.

 

  

Bibliografía

DEERE, C. D. (2021). De la potestad marital a la violencia económica y patrimonial en Colombia. Revista Estudios Socio-Jurídicos, vol. 23, núm. 1, 2021. Obtenido de https://revistas.urosario.edu.co/xml/733/73365628012/html/index.html

RAE. (s.f.). RAE. Obtenido de https://dpej.rae.es/lema/violencia-patrimonial

 

 


jueves, 2 de febrero de 2023

LA MEDIACIÓN Y EL MANEJO DE LAS EMOCIONES


 

FORMATO DE APERTURA PARA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN VIRTUAL

 


FORMATO DE APERTURA PARA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN VIRTUAL

APERTURA:

Hoy, XX del mes de XXXX del año XXX, siendo las (HORA DE LA AUDIENCIA), fecha y hora acordada para llevar a cabo la conciliación

Mi nombre es XXXXXXX, identificado/a con C.C XXXXXX conciliador/a extrajudicial en derecho, portadora de la tarjeta profesional T.P. XXXX del C.S.J, miembro del centro de conciliación de la XXXXXXXXXXXX , estoy capacitado/a para acompañarlos en esta conciliación y les voy a brindar todo mi apoyo y mi conocimiento para que podamos solucionar esta situación que nos cita el día de hoy.

Pueden por favor decir nombres y sus documentos de identidad para identificarlos como parte en esta audiencia y que quede consignado en el audio, de igual manera solicito concedan su consentimiento para la grabación y que quede en el registro que las partes en expresa manifestación de voluntad desarrollaron la audiencia de conciliación por medios electrónicos.

Así mismo, solicito autoricen o denieguen la presencia del observador en la audiencia de conciliación, ejercicio que es parte importante del aprendizaje. – autorizan?

Les agradezco en primer lugar por haber aceptado la invitación que les hizo el centro de conciliación de la XXXXXXXXXX y los felicito por haber escogido la conciliación como medio alternativo para solucionar este conflicto

¿alguno ha en una conciliación previamente?

 (SE PREGUNTA A LAS PARTES)

Les informo, la conciliación es un mecanismo alternativo de solución de conflictos, en el cual ambas partes van a buscar las soluciones y van a llegar a un acuerdo, con la intervención del conciliador quien es un tercero neutral, que en este caso voy a ser yo, que voy a servir de puente de comunicación entre ambas partes

Si no se llega a ningún acuerdo, no hay ningún inconveniente, se levantará constancia de no acuerdo en la cual se consigna que no se llegó a ningún acuerdo y la vamos a firmar

Si se llega a un acuerdo en ciertos puntos y en otros no, se procederá igualmente a levantar un acta en el cual conste todo y se va a firmar.

Y si, como esperamos el día de hoy, se llega a un acuerdo sobre todas las diferencias objeto de la conciliación, se levantará un acta, en esta se consignarán todas los acuerdos y la forma en que se cumplirán y la vamos a firmar.

También me permito informarles, que no es necesario agotar la conciliación en una sola sesión, pudiendo ser puesta otra fecha para continuar con la búsqueda de soluciones y llegar a un acuerdo.

El acta que lleguemos a firmar, produce dos efectos principalmente:

 

1   Presta merito ejecutivo, esto quiere decir que, si se llega a un acuerdo, pero la parte obligada no lo cumple, la otra parte puede presentarla ante un juez, para que sea el quien obligue el cumplimiento de las obligaciones

2.    Hace tránsito a cosa juzgada, esto quiere decir que los acuerdos y la forma en que se cumplirán, no podrán ser objeto de litigio nuevamente en un eventual proceso judicial

Les recuerdo la audiencia de conciliación es voluntaria, que lo que aquí se diga es completamente confidencial, es decir, pueden tener toda la confianza y tranquilidad de hablar con libertad, esto nos facilitará la tarea de llegar a un acuerdo.

¿Les queda claro lo que les acabo de decir?

Se pregunta a una o ambas partes.… cuénteme que fue lo que entendió de lo que acabo de decir

 

Antes de iniciar quisiera preguntar si ambas partes tienen animo conciliatorio

Para efectos legales, necesito que me digan que me avalan como conciliadora en la presente audiencia

-preguntar a cada una de las partes si avalan al conciliador-

Los invito entonces, a que cumplamos unas normas básicas de convivencia:

1.    Usar un tono de voz adecuado

2.    No referirse a la otra parte con términos despectivos

3.    No interrumpir mientras la otra parte tiene el uso de la palabra

4.    Si tenemos alguna duda o anotación, la podemos hacer cuando la persona que tiene el uso de la palabra termine de hablar

Teniendo claridad sobre todo lo anterior, podemos dar inicio a nuestra audiencia de conciliación, empezando con la parte convocante que es XXXXXXXXXXX

 

CIERRE DE AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN, EN CASO DE FIRMARSE ACTA DE CONCILIACIÓN

 

Estando de acuerdo las partes, aprueban el presente arreglo y manifiesto que hace tránsito a cosa jugada y presta merito ejecutivo, que fueron explicados al inicio de la audiencia, no siendo otro el objeto de esta conciliación, se dará por terminada la audiencia y firmamos el acta los intervinientes.

Hago la devolución de sus documentos de identidad, que tengan buen día/buena tarde.